"Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos." (Apocalipsis 19:11-21).
No deja de ser un consuelo saber que al final, el Dios de Israel, como siempre, saldrá victorioso y pondrá en vergüenza a las naciones que durante tanto tiempo han avergonzado al pueblo judío. Dios no se olvida de sus promesas sobre Israel.
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